Esta araña es común en la Península Ibérica y en el sudeste
de Francia; alcanza también la región occidental italiana y el norte de África,
localizándose en zonas de baja altitud.
Se reconoce por su abdomen dotado de un par de tubérculos
cerca de los vértices anteriores, bastante visibles y que terminan en un
apuntamiento pronunciado. Muestra un diseño de manchas blancas en forma de
cruz. La coloración general es pardo anaranjada con las patas pardo
amarillentas con bandas más oscuras.
Las hembras pueden alcanzar el centímetro y medio de
longitud, siendo los machos mucho más pequeños.
Para la cópula, el macho se debe situar justo debajo de los
quelíceros de la hembra y, en muchas ocasiones, él mismo acaba clavándose en
ellos, para después ser devorado por la hembra.
No se puede distinguir a simple vista de la araña de jardín,
por lo que en las regiones donde pueden coincidir hay que recurrir al estudio
del epiginio de las hembras para establecer con seguridad la especie.
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