Mantis religiosa (Mantis religiosa).
La mantis religiosa (Mantis religiosa), también llamada
santateresa, tatadiós, campamocha, madre víbora, mamboretá, cerbatana, usamico,
comepiojos o matapiojos.
Este insecto toma su nombre por sus patas frontales tan
prominentes, las cuales están dobladas y mantenidas juntas a un ángulo que
sugiere la posición de oración. El nombre correcto del grupo más grande de
estos insectos es Mantidae. Mantis se refiere al género mantis.
Es un insecto de tamaño mediano, con un tórax largo y unas
antenas delgadas. Tiene dos grandes ojos compuestos y tres ojos sencillos entre
ellos. La cabeza puede girar hasta 180º para explorar sus alrededores con dos
ojos largos compuestos y otros tres ojos simples localizados entre el otro par
de ojos más complejos. Sus patas delanteras, que mantiene recogidas ante la
cabeza, están provistas de fuertes espinas para sujetar a sus presas. Puede ser
de color verde o pardo con distintos matices. El color del adulto lo determina
el del medio en el que habita durante su última muda (por ejemplo, amarillo, si
se trata de paja seca, o verde, si es hierba fresca).
Es el único animal conocido que cuenta con un único oído, y
lo tiene localizado en el tórax. Las hembras ponen cientos de huevos, y cuando
nacen las ninfas tienen un aspecto muy similar (aunque obviamente más pequeño)
al de sus padres.
Son animales solitarios excepto en la época de reproducción,
cuando macho y hembra se buscan para aparearse. Cuando hay más de un macho
cerca de una hembra, éstos se pelean y sólo uno se reproduce. Las hembras son
mayores que los machos. En raras ocasiones, durante y tras el apareamiento la
hembra se come al macho. "Resulta que desde antiguo, para estudiar el
comportamiento de los insectos, se los mantenía en cautividad, en terrarios y
similares. Al parecer, cuando las mantis están encerradas en un entorno
pequeño, la hembra se come al macho en casi el 100% de los casos. Total, que lo
que se describe en los libros está basado en observaciones en cautividad.
Los estudios de campo de los investigadores demostraban que
en la naturaleza el porcentaje de hembras que se comen al "macho
copulante" es muy muy inferior al observado en terrario.
Así pues, hacerlo lo hacen pero no es algo tan común como se
suele pensar.
¿Por qué lo hacen?
Lo que se suele pensar es que la hembra aprovecha la
situación para conseguir nutrientes que permitan un mejor desarrollo de sus
"bebes". El macho "tonto" que se deja comer, estaría
contribuyendo a que su descendencia salga adelante.
Las polillas, grillos, saltamontes, moscas y otros insectos
son generalmente las presas de las mantis.
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