Para la mayoría de las personas, las abejas son unos
insectos molestos que aparecen en la primavera, que tienen una organización
interna curiosa, que pican, que producen miel y a veces se las ve en las flores
alimentándose.(Flores de Almendro, Yedra en Flor).
En nuestros recuerdos infantiles, nos aparecen imágenes de
la abejita realizando la acción de posarse en la flor y colocando polen en la
parte femenina de la misma. Los maestros y maestras trataban entonces de
explicarnos el maravilloso acto de la procreación humana con este ejemplo tan
bucólico.
De la misma manera, este ejemplo ha servido siempre para
explicar como todas las especies vivas del planeta tierra necesitan siempre de
la conjunción de dos elementos, macho y hembra para la perpetuación de la
especie.
La polinización es un servicio vital dentro de los
ecosistemas que depende en gran parte de la simbiosis entre las especies, es
decir, polinizador y polinizado. La reducción o pérdida de uno u otro influirá
en la supervivencia de ambas partes.(Manzano, Diente de León)
La polinización es el proceso de transferencia del polen
desde los estambres hasta el estigma o parte receptiva de las flores, donde
germina y fecunda los óvulos de la flor, haciendo posible la producción de
semillas y frutos.
La polinización se confunde a menudo con la fecundación,
aunque son dos procesos distintos, si bien el primero es casi siempre condición
necesaria del segundo. El transporte del polen lo puede realizar un agente
físico como el viento, plantas anemófila, o un agente vivo, plantas zoófilas.
Las abejas son los insectos polinizadores indispensables de
las plantas entomófilas y mas concretamente melitófilas.
Las características físicas y fenológicas de las flores ,
así como de su polen, suelen ser marcadamente diferentes. Las plantas
entomófilas deben llamar la atención de las abejas con colores y olores
atrayentes, así como recompensarlas con alimento, sea néctar o polen. (Aulaga
(Aliagas) ,Floración de Jardín).
En las relaciones de polinización, la desaparición de un
vector no acarrea necesariamente la extinción de la planta polinizada, pero
conlleva a una degradación del número de ejemplares que pondría en peligro su
existencia llegando en casos extremos a la desaparición de la especie si el
ecosistema no se equilibra con nuevos polinizadores.
Las abejas son los vectores polinizadores del 85 % de las
plantas de polinización entomófila.
Todas las frutas, las legumbres y las verduras son plantas
entomófilas y por tanto necesitan de las abejas para producir sus frutos. (Abeja
en Huerta, Tomillo en Prefloración).
En la agricultura, el deseo de obtener frutos o semillas
abundantes ha llevado la mayoría de las veces a emplear plantas que no dependan
de vectores externos para la polinización, híbridos, partenogénesis, aplicación
de hormonas, etc.. Estos métodos van siempre en detrimento de la calidad de los
frutos y además corren el riesgo de contaminación química por residuos de los
tratamientos.
Las gramíneas, cereales, son aerófilas, polinizadas por el
viento, lo mismo que las coníferas, juncos, nogales, encinas, olivos y otras
que son poco conocidas a nivel popular. Estas plantas para su polinización
deben producir gran cantidad de polen y que sea el aire quien consiga llevarlo
hasta las flores femeninas de su especie.
Si al medio ambiente se le priva de insectos polinizadores
como las abejas, entra en regresión, degradándose y perdiendo biodiversidad
hasta el punto de que solo proliferarían las plantas aerófilas, aquellas que
son polinizadas por el viento o aquellas que son polinizadas por pequeñas aves,
murciélagos o pequeños mamíferos.
Es un error pensar que la polinización es un "servicio
ecológico gratuito" de la naturaleza. (Rabanillos, Flores de Matorral).
Una polinización entomófila efectiva necesita refugios de
vegetación natural prístina y hábitat adecuados para los polinizadores en
estado salvaje y en nuestro caso para los enjambres de abejas. Cuando estos se
reducen o se pierden, se limita la actividad de los mismos y se necesitan
prácticas de gestión alternativa como la APICULTURA para mantener la viabilidad
de los ecosistemas naturales y de la agricultura tradicional o industrializada.
En todo el mundo la agricultura y los ecosistemas naturales
afrontan el peligro de la extinción de los enjambres salvajes. En muchas zonas
agrícolas se tienen que importar abejas melíferas de otros lugares para
asegurar la polinización y cosechas de sus cultivos.
Muchas de las colmenas se
desplazan hasta las fincas agrícolas en las épocas de floración para polinizar
los árboles frutales, y conseguir así frutos de una calidad extraordinaria.
Posteriormente se retornan a sus asentamientos situados en montes, para
polinizar la flora autóctona. Otras se mantienen todo el año en asentamientos
de montes de utilidad pública y privados.(Finca de Frutales, Polinizando Huerta,
Monte Abierto Zona de Montaneda).
Los principales causantes de este problema entre otras
serían:
La Varroosis, que desde la década de los 80 los enjambre de
abejas melíferas están siendo atacados por un ácaro, "Varroa Jacobsoni
" que alimentándose de la sangre de las abejas o hemolinfa, provoca la
muerte de las colmenas o enjambres en muy poco tiempo.
Muerte por pesticidas, (Varroosis).
Las abejas sufren mas enfermedades como la "loque
americana o europea", la "nosemosis ceranea", enfermedades
producidas por hongos y bacterias, además de otras virales que atacan a la cría
de la abeja y a su sistema inmunológico.
Para poder controlar estas enfermedades que matan a las
abejas , la APICULTURA se convierte en la herramienta imprescindible para la
conservación de la especie.
La fragmentación de los hábitat naturales, cada vez hay
menos ecosistemas naturales donde proliferen las colmenas y mas terrenos
dedicados a las grandes explotaciones agrícolas. La utilización de sustancias
químicas agrícolas e industriales y fundamentalmente la masiva aplicación de
pesticidas, en concreto de insecticidas sistémicos neurotóxicos que con muy
pocas ppb (partes por billón) eliminan a todos los insectos existentes, útiles
o menos útiles y además persisten en el ecosistema durante años provocando los
mismos efectos.
El deterioro constante del medioambiente por los
asentamientos humanos, el cambio climático con sus efectos sobre las estaciones
anuales, la sequía pertinaz en algunas zonas, etc.
Por estos problemas y algunos mas que sería largo de
enumerar, los enjambres naturales no tienen viabilidad en ecosistemas
desequilibrados.(Flores de Manzano, Polinizadas Flores Silvestres).
LA APICULTURA, PODRÍA PALIAR ESTOS DESEQUILIBRIOS,
CONSIGUIENDO MANTENER A LAS ABEJAS COMO INSECTO UTIL PARA EL MEDIOAMBIENTE
POLINIZANDO LA FLORA, ALIMENTANDO A SUS DEPREDADORES NATURALES QUE TAMBIÉN LOS
TIENE Y APROVECHANDO SUS MARAVILLOSOS PRODUCTOS, MIEL , POLEN, JALEA REAL,
PRÓPOLIS , VENENO Y CERA, QUE DESDE TIEMPO INMEMORIAL EL HOMBRE HA SABIDO
APRECIAR Y UTILIZAR COMO ALIMENTO Y REMEDIO NATURAL PARA MUCHAS ENFERMEDADES.
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