La golondrina común o Oreneta vulgar (Hirundo rustica) (fotos realizadas en río Anoia) es un símbolo de nuestros campos. Pero
nos estamos quedando sin ellas. Los productos químicos y el deterioro del
paisaje rural han hecho que su población baje más del 30% en la última década.
A lo que le pasa a ellas también nos afecta
a nosotros, porque un campo sin golondrinas es un lugar menos sano para las
personas. Queremos un mundo con aves, un mundo con golondrinas.
La población ha
descendido más de un 30% en la última década, como le está ocurriendo a otras
especies comunes propias del medio agrario
El uso de pesticidas,
el abandono rural y los nuevos modos de arquitectura provocan el declive de
este ave migratoria.
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